martes, 15 de enero de 2013

Imaginarios

En su andar se menea leve de un lado, cualquiera, para otro, incierto.
Anda despertando a los durmientes para llevarlos a su lecho de descomposición sublevada por los ardores de la enfermedad.
Nadie sabe si olfatea los méritos terrenales,
si lleva vírgenes que se han ganado un rincón en el paraíso,
o si prefiere a los bandidos que obran a sangre fría sin sangre.
Algunos se empeñan en adorar imágenes paganas
concursando por un podio al lado de sus dioses que han nacido muertos.

A diario, un grupo pernocta junto a tumbas que llevan sus nombres
Buscan un lugar adonde ir,
no importa el frío o el calor,
o si la luz los llena de majestuosidades que a penas soportan.
En la falta de lumbre de cada día y cada noche,
uno por uno enciende una vela frente al espejo
y estalla en llanto al ver su rostro,
al mismo tiempo se entierran un cuchillo en el pecho.

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